
Un milagro: Cero colas
LA HABANA – Es que no se puede explicar con otro calificativo. Ahora, o desde hace un buen rato, que la gente comparece ante la tv y agradece a Dios por la salud o el éxito alcanzando en el deporte u otra actividad, es como un verdadero “milagro” que las extensas y agobiantes filas o colas en el establecimiento comercial del barrio, hayan desaparecido de la noche a la mañana.
Obviamente, la solución no fue celestial ni por obra y gracia del cura párroco de la comunidad, sino por las autoridades de la zona u otras de mayor nivel que tomaron la decisión de que allí, en Ave. 3ra y calle 8, sólo podían comprar aquellos vecinos registrados en la bodega correspondiente al lugar de residencia.
Y, como la suerte de unos suele ser desgracia para otros, los habrá afectados y desde ya criticando. Los llamados “coleros”, revendedores y otros realmente necesitados tendrán que buscar otro sitio porque, al parecer, después de más de dos años de angustias e incertidumbres, además de malas noches y otros problemas colaterales, acaba de aparecer una solución en extremo de alivio.
Y hay que apuntar que tal decisión no pocos la habían solicitado desde un inicio, que si no se aplicó debió ser por causas o desavenencias en las alturas ministeriales o corporativas.
Solucionado en parte el problema, la responsabilidad mayor caerá en hombros de quienes deben garantizar un suministro estable en los establecimientos radicados en el municipio Playa, en la capital. O en el peor de los casos, retomar el antiguo método con sus corruptelas agregadas.
Parece que la sabia lección ha sido aprendida: saber repartir, en tiempos de crisis, lo poco que se pueda lograr.