La crueldad es adrede, no solo para Trump

MIAMI. Muchos ex Republicanos afirman que los innumerables actos de crueldad de Donald Trump los conmocionaron. Embuste. Encuentro esas afirmaciones difíciles de creer, ya que, durante toda su candidatura, desde el momento en que habló al descender las famosas escaleras mecánicas, hasta los debates con sus rivales Republicanos, y finalmente su intimidación de Hillary Clinton en el escenario, se regodeó en la crueldad. Si miras más atrás, queda claro que toda su vida ha sido un ejercicio de crueldad. Republicanos arrepentidos a última hora: no estabas mirando, no querías ver, u opinas que «la avaricia es buena».

La verdad es que el partido Republicano es un partido cruel y sigue un libro de jugadas basto y cruel. Tomando una página de la plataforma de un ex candidato republicano en la Florida y agregando un elemento, se puede resumir en pocas palabras: «menos impuestos, más (falsa) libertad, y más castigos cada vez más severos». Ese es básicamente todo el arsenal intelectual e ideológico del partido Republicano.

Se sabe lo que significan estas palabras en la práctica. No impuestos más bajos para usted y para mí, sino impuestos irrisorios para los multimillonarios y las corporaciones más ricas. Libertad para no reunirse pacíficamente en protesta (si defiendes los derechos de los afro-americanos, recibes transporte gratuito a la cárcel, pero si eres un cubano anticomunista, recibes un pase). Libertad para contaminar el océano y los ríos, para cobrar precios exorbitantes por medicamentos y tratamientos que salvan vidas y para explotar a una fuerza laboral indefensa deliberadamente desvinculada de los sindicatos a través de una doctrina que habría divertido a Orwell: el “derecho al trabajo”. Tremendo derecho: el privilegio de trabajar por salarios bajos, sin ausencias pagadas o seguro médico, y a riesgo de despido sin razón.

A continuación, detallo tres ejemplos de un acto de acusación moral contra los Republicanos por su crueldad constante. Apenas rasca la piel.

Del New York Review of Books, 25 de febrero de 2021, página 29.

El 5 de enero de 2021, cinco días antes de que Joe Biden se convirtiera en nuestro cuadragésimo sexto presidente, la Corte Suprema emitió una orden extraordinaria a última hora de la noche que despejó el camino para la ejecución de Dustin J. Higgs … Higgs fue la tercera persona en ser ejecutada por el gobierno federal esa semana, y la decimotercera en ser ejecutada desde julio, cuando el gobierno de Trump comenzó lo que la jueza de la Corte Suprema Sonia Sotomayor llamó acertadamente una ola acelerada de ejecuciones.

No satisfecho con sus políticas, retórica y ejemplo en cuanto al Covid-19, que equivalían a homicidio viral masivo, Trump estaba decidido a desplegar la rara vez utilizada pena de muerte federal antes de que el hombre que sabía que podría ganarle pudiera entrar y detener el baño de sangre, como lo hizo Biden.

Las leyes sanguinarias producen costumbres sedientas de sangre, escribió Albert Camus. Estados Unidos ejecuta a más personas que cualquier otro país, incluso la autoritaria China, con muchas veces nuestra población. También nos matamos unos a otros con más frecuencia que las personas en cualquier otra parte del mundo desarrollado. ¿Habrá alguna conexión?

Menos armas, menos muertes podrían ser el mantra de un Partido Republicano reformado. Pero no. El punto de apoyo de la personalidad autoritaria en Estados Unidos es fuerte y debe tener una expresión política. El Partido Republicano es esa expresión.

De The Miami Herald, 24 de agosto de 2021

Dejando dinero sobre la mesa. La Florida no ha solicitado ayuda alimentaria para 2 millones de niños.

El gobernador Ron DeSantis aún no ha solicitado $820 millones en ayuda alimentaria, lo que plantea preocupaciones de grupos de asistencia alimentaria y otros que señalan que el hambre infantil sigue siendo un problema significativo.

El hambre infantil en un país tan ricamente dotado como este, con $820 millones gratis disponibles, pero no utilizados, no es «un problema significativo». Es un ultraje, un escándalo, una mancha moral sobre nuestro estado y su líder. También es característico de la crueldad de los Republicanos y de ninguna manera una anomalía. Cuando Obamacare puso una cantidad significativa de dinero básicamente gratis sobre la mesa para proporcionar atención médica a los no asegurados, el estado, entonces dirigido por Rick Scott, otro imbécil moral, se negó a tomarlo. Se trata de una crueldad sistemática y gratuita y no sólo del fracaso moral de un solo hombre.

De múltiples fuentes

Las muertes por Covid-19 han alcanzado las 629.000 en Estados Unidos y más de 40.000 en la Florida. Este virus es altamente contagioso y mortal. Esto entra en la categoría de cosas que no podemos controlar. Pero lo que hacemos sobre el Covid-19 sí lo podemos controlar. La respuesta del expresidente y gobernadores republicanos, con el nuestro a la cabeza, fue y ha sido una ineptitud maligna. Han actuado más como co-conspiradores del virus que como enemigos implacables. Tomaron la decisión inmoral de dar prioridad a la apertura económica sobre las vidas humanas. Al terminar Trump, sin embargo, la economía estaba en su punto más bajo y los cadáveres se estaban apilando.

Que esta no es la única forma de abordar el problema estuvo claro desde muy temprano en la actual presidencia. De The Miami Herald, 22-23 de enero de 2021: Biden revela una respuesta a la pandemia a la que Trump se resistió. Él llama al enfoque un «esfuerzo a gran escala en tiempos de guerra».

Los casos, las hospitalizaciones, las muertes se desplomaron. Luego vino la variante mucho más mortífera del Delta, y los estados secesionistas originales de la Guerra Civil, además de algunos otros, se negaron a unirse a la guerra contra el Covid y en su lugar se unieron a una guerra a gran escala contra la democracia.

La filósofa Hannah Arendt acuñó el término “la banalidad del mal” para describir a los funcionarios del horror que hacen que los trenes corran a tiempo hacia los campos de exterminio mientras son amables con sus esposas y sus perros.

De ‘On the Issues.org’

En el transcurso de su administración, la legislación de [Jeb] Bush produjo $19.1 mil millones en recortes de impuestos. La pieza central del empeño de reforma tributaria de Bush fue la abolición del impuesto intangible del estado.

¡Eso fue una contrarreforma fiscal! Los impuestos en la Florida consisten principalmente en un porcentaje de las ventas, por lo que son sumamente regresivos. Esto significa que los pagan principalmente la clase media y los pobres. El estado de la Florida ya era un paraíso para los ricos antes de Jeb, por no tener un impuesto sobre los ingresos, y se puso aún mejor después de Jeb, con la abolición del impuesto a los bienes intangibles. Como resultado, los servicios públicos y la asistencia del estado para las cárceles, las escuelas, la ayuda para menores y todo lo demás, se han quedado sistemáticamente paupérrimas. Algunas cárceles se han convertido en pozos negros de abusos e incluso asesinatos. Como aprendimos durante la pandemia, el seguro de desempleo es miserable y desastrosamente difícil de navegar.

Todo esto es cruel, y todo era predecible bajo la filosofía de «menos impuestos». Muestra que la crueldad está tan inextricablemente entretejida en la filosofía Republicana que incluso los Republicanos «decentes» no pueden evitar la crueldad a través de sus acciones. Jeb Bush puede ser un hombre decente, pero no hay duda de que es un político cruel.

Una serie reciente en el Miami Herald documentó los niveles extremos de desigualdad en el sur de la Florida. El producto de décadas de gobierno de los Republicanos en la nación y el estado, y el dominio de su filosofía cruel incluso cuando Demócratas (de inclinación derechista) como Bill Clinton estaban en el poder, dieron todos los frutos en el peor momento posible: en medio de una pandemia letal.

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