Las MPYMES y la emigración

Recientemente fue promulgado el decreto-ley que da vida a las necesarias MPYMES. Bienvenido que por fin aterricen y comiencen a funcionar. Pero surge con una limitante importante.

La emigración cubana, numerosa y fuertemente vinculada a los destinos de su país, queda con un cierre de puertas pues solamente se permite invertir a los que tengan residencia en el territorio nacional, es decir alrededor de 30 mil emigrados de un total que ronda los 2 millones. El resto solamente podría invertir como inversionista extranjero.

En la Isla son cientos los negocios que por la cuantía de trabajadores califican como Pequeñas y Medianas empresas, ahora reconocidas en su verdadera dimensión. Hablamos de Paladares, restoranes y centros de producción que superan los 3 trabajadores. Una cifra significativa (tal vez MUY significativa) de estos surgieron con aportes de capital proveniente de emigrados cubanos (residentes y no residentes) a familiares y amigos.

Así, el vínculo familiar, al que la mayoría de la emigración no renuncia y defiende, encontró una fortaleza mayor: unir corazón y bolsillo. Invertir en común rinde beneficios a ambas orillas y refuerza sentimientos.

Cuba, con una economía en crisis, necesita de capital, grande, pequeño, mediano, pero capitales. ¿Por qué excluir a los emigrados no residentes de invertir en la MPYMES?

La nación necesita de todos, residentes o no. Abrir espacios vale por ensancharla.

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