
Del pan y el azúcar
“Agua con “azúca” y pan/
de postre, galleta…”
Así dice el fragmento del estribillo de una muy añeja güaracha cubana. El estribillo me lo cantó un octogenario buen amigo y yo lo convierto en el tema de este breve y apurado comentario.
Sí, la cosa va de pan y azúcar, combinación que a menudo era el postre de los pobres o menos favorecidos, categorías diferenciadas por números y estadísticas según los estudiosos. Para los comensales, líneas divisorias elásticas, movibles, traspasables.
Resulta que a partir del pasado lunes 10 de mayo, el pan que los habaneros podían adquirir al margen del normado en la libreta de abastecimientos ha sido reducido en un 30 %.
¿La razón? No hay trigo disponible. El trigo hay que importarlo. La importación precisa de divisas y el país, como sabemos desde antes de la pandemia, no tiene moneda fuerte. Esta carencia fue definida por el presidente Miguel Díaz-Canel en 2019 como la “coyuntura”.
Julio Martínez Roque*, coordinador de Programas del Gobierno de La Habana, al informar la medida, dijo que se mantiene la cuota normada de un pan (de 80 gramos) por cada persona registrada en la libreta, pero aclaró que la oferta de pan por la libre queda reducida en un 30 %. Y es precisamente en ese, en el que se vende sin cuota normada, donde numerosos habaneros tienen la posibilidad de compensar la magra cuota de un pan de 80 gramos y suplir otras carencias. Es el de la merienda de los niños, a veces la comida de muchos mayores aún activos laboralmente y de ancianos jubilados.
Tal es el caso de mi amigo del estribillo: “Abro el pan, le echo un poquito de aceite y lo rocío con sal” y me agregó, “no es receta de Nitza Villapol en Cocina al minuto” (dietista cubana, fallecida, que tenía un programa en la TV Cubana).
Este octogenario conoce recetas para casos de emergencia. “Contra la sal, el azúcar. Abres el pan lo tuesta un poco, calientico le echas azuquita al gusto, lo cierras y tiene un postrecito energético”, sonríe. ¿Sonríe?
El azúcar: ahí está el detalle, como diría Cantinflas
La zafra o contienda azucarera, como gusten los lectores, no anda nada bien, es más, parece navegar peor de lo que ya veníamos cosechando. Normalmente, debe terminar este mes de mayo, inicio de la temporada de lluvias que afecta grandemente el proceso agroindustrial.
El plan azucarero para esta zafra era de 1 millón 200 mil toneladas de azúcar. Pero según declaraciones de José C. Santos Ferrer, primer vicepresidente de AZCUBA, empresa estatal heredera del Minaz (el desaparecido ministerio de la agroindustria nacional) a la Agencia Cubana de Noticias ACN, al cierre de abril la producción alcanzó el 68 % del plan. Es decir, unas 820 mil toneladas.
La pregunta que me asalta: ¿tendremos “azúca” para el pan?
El consumo nacional oscila en 600 mil a 650 toneladas. Nuestro compromiso con China alcanza la cifra de 400 mil toneladas anuales. Por muchas vueltas que le doy a los números, alguien queda mal: O la pizca de azúcar en el pan, o los chinos.
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