¿Es Cuba la solución a la inseguridad estadounidense en el cobalto?

Si a uno se le pidiera clasificar los principales productos de exportación de la conflictiva economía cubana, probablemente haría una lista de algunas cosas predecibles: azúcar, tabaco, productos farmacéuticos. Eso no es difícil saberlo, pero si se profundiza un poco más, se vería que la nación isleña es uno de los principales productores mundiales de dos metales importantes del siglo 21: el níquel y el cobalto.

De hecho, a pesar de tener solo el 1% de la superficie de Estados Unidos, Cuba produce 550 % más cobalto que EE. UU., y posee la tercera mayor reserva de cobalto del planeta. Esas, por varias razones, deberían ser estadísticas aleccionadoras para los inversionistas y los legisladores. La principal de esas razones es el hecho de que el cobalto se ha convertido en un componente indispensable para las baterías de iones de litio. Comprende hasta 15% de la masa de algunas baterías (comparado con solo 1% para el litio) y actualmente se vende a $80 000 la tonelada métrica. El litio se vende por aproximadamente $20 000 la tonelada métrica.

Teniendo en cuenta los graves riesgos y limitaciones en la producción mundial, que recientemente impulsó a Apple –que ni siquiera es productor de dispositivos de almacenamiento de energía– a asegurar directamente su propio suministro de cobalto de manos de los mineros, el material puede presentar el mejor argumento para un acercamiento con Cuba. Eso es especialmente cierto si Estados Unidos quiere tener la mejor oportunidad posible para convertirse en líder en vehículos eléctricos, energía renovable y almacenamiento de energía.

La inseguridad de cobalto estadounidense es un gran riesgo para los inversionistas

Estados Unidos tiene con mucho la más importante posición geopolítica del planeta: profundos ríos navegables, vecinos amistosos, dos gigantescos océanos en sus fronteras y abundantes reservas de recursos naturales y minerales. Desafortunadamente, cuando se trata de varios metales importantes que se usan cada vez más en baterías de iones de litio, Estados Unidos se ubica en la parte inferior de la lista global. No se puede ganar en todo.

Las reservas de cobalto y producción de la nación presentan una imagen deprimente. Las reservas suman solo 23 000 toneladas métricas (TM), lo que equivale al 0,3% de la suma global. En 2017, Estados Unidos produjo un estimado de 650 TM de cobalto en una sola mina en Michigan. En comparación, generó 2 800 MT por medio del reciclaje. Esos números, combinados con la base industrial avanzada del país, significan que Estados Unidos depende de las importaciones en más del 70% de su consumo de cobalto.

Eso no ha sido un gran problema todavía, pero la dinámica actual del mercado no es muy favorable para los países que dependen en gran medida de las importaciones. El cincuenta y ocho por ciento de la producción mundial se origina en la República Democrática del Congo. La mayor parte proviene del gigante minero Glencore, el cual por sí solo produjo el 25% del cobalto total del planeta en 2017. Eso fue “nada más” que 27 000 TM, lo que aumentará a 42 000 TM este año y 63 000 TM en 2019. Son con mucho las mejores acciones que los inversionistas pueden comprar en la bolsa en este momento.

Pero volvamos a las estadísticas deprimentes. Solo el 17% de la producción mundial de cobalto ocurre en el hemisferio norte. Si se elimina la producción de Filipinas y Rusia, solo el 8% de la producción mundial de cobalto proviene de regiones relativamente cercanas a Estados Unidos, y comprende solo a tres naciones: Estados Unidos, Canadá y Cuba. No es de extrañar que Apple decidiera tomar la inusual (y controvertida) medida de asegurar el suministro de cobalto directamente de los mineros.

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Cuba aparece en un mapa con un alfiler rojo clavado en la ubicación del país

El cobalto cubano es clave para el futuro de los vehículos eléctricos en EE.UU.

Estados Unidos aún no es un importante fabricante de baterías de iones de litio, pero está a punto de serlo. La primera gigafábrica de Tesla está incrementando la producción de dispositivos de almacenamiento de energía para aplicaciones móviles (vehículos eléctricos) y aplicaciones estacionarias (almacenamiento de red y baterías domésticas). Se espera que se convierta en una de las instalaciones más grandes del mundo en producción de baterías, con una capacidad inicial declarada de producción de células de 35 gigavatios/horas y 15 gigavatios/hora de capacidad adicional de ensamblaje. Eso fue aproximadamente igual a la capacidad total de producción global hace unos pocos años.

La inseguridad estadounidense de cobalto puede comenzar a mostrar su fea cabeza a los accionistas de Tesla a partir de este año. Si bien la empresa declara que cuenta con acuerdos adecuados de suministro de materiales, los datos de importación de 2017 no muestran un aumento en las compras nacionales de cobalto en comparación con años anteriores (en realidad hay un pequeño decrecimiento). Eso podría deberse a la falta de notificación, aunque las bien conocidas luchas por el aumento de la producción en la Gigafábrica 1 el año pasado probablemente hayan desempeñado un papel. A medida que la producción aumente en 2018, el consumo de la compañía debería aparecer en los datos de importación, en especial debido al enorme tamaño de la instalación. Teniendo en cuenta los actuales precios de venta, eso podría ser un desafío en el futuro.

Combinen la mediocre producción nacional, el aumento de la producción en la primera instalación de fabricación de baterías de iones de litio de Tesla, y los planes futuros de producción de otros importantes fabricantes de automóviles, y se hace evidente que Estados Unidos necesita toda la ayuda que pueda obtener cuando se trata de obtener suministros de cobalto. Entra a jugar Cuba.

La pequeña nación insular produjo 4 200 TM de cobalto en 2017 y tiene reservas de 500 000 TM –ambas cifras mucho mayores que las de Estados Unidos. De hecho, Cuba posee la tercera mayor reserva mundial de cobalto en el mundo y ocupa el sexto lugar en producción. Esa falta de coincidencia en las clasificaciones presenta una oportunidad potencial para el Tío Sam.

Lo que le falta a la posición geopolítica de Estados Unidos en cuanto a las reservas nacionales de cobalto lo compensa con su proximidad a Cuba. Al menos en potencia. El país caribeño aún no se ha acercado a su potencial completo en la producción de cobalto porque adolece de una falta de inversión. El cobalto se obtiene como subproducto de la producción de níquel, y las instalaciones de fabricación y procesamiento de níquel de la nación ya han pasado su mejor momento (y no soportan muy bien los huracanes).

En otras palabras, algunas sociedades con empresas estadounidenses de abundante dinero podrían crear una situación gananciosa para todos en la que Cuba recibe una inversión muy necesaria, y Estados Unidos recibe una fuente de cobalto significativamente más segura (y ética). Lamentablemente, la postura actual de la política exterior del país ha restringido las relaciones comerciales con Cuba. Continuar en el curso actual sería una gran oportunidad perdida. Las principales empresas estadounidenses, como Apple y Tesla, deberían abogar por un acercamiento –con el cobalto y la posibilidad de construir la economía del futuro como argumento central. De lo contrario, continuarán enfrentando enormes riesgos de la cadena de suministro que los inversionistas están pasando por alto.

Nota: Maxx Chatsko ha colaborado con The Motley Fool.com desde 2013. Obtuvo una licenciatura de Ciencias en Ingeniera de Bioprocesos en la Universidad Estatal de Nueva York (2012) y una maestría en Ciencia e Ingeniería de Materiales en la Universidad Carnegie Mellon (2016).

Traducción de Germán Piniella para Progreso Semanal

(Tomado de The Motley Fool)

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