
Informatizar para crecer
Concluyó (ayer) en el Complejo Audiovisual Nuevo Mundo el Taller de Programación para niños y niñas que rondaban los ocho años de edad. Las computadoras que Copextel nos iba a vender desde antes de abril jamás aparecieron, pero a pesar de eso los pequeños no le pusieron freno a su imaginación, y junto a Jorge Smith, el organizador del Taller, pusieron su imaginación en función de la creatividad.
Es de eso de lo que hablo cuando menciono lo del uso creativo de la tecnología. Hoy el país está inundado de computadoras donde, de modo invariable, vemos a los niños jugando los mismos juegos con los mismos gestos: mucho ocio (que es legítimo), pero cero creatividad.
También sé que la creatividad no se da, necesariamente, allí donde están los mejores recursos. Al contrario. La creatividad hay que estimularla desde edades tempranas justo donde hay poco. Los grandes impulsores de las tecnologías por lo general han empezado en un garaje oscuro, lidiando con la incomprensión de quienes no piensan en el futuro, sino solo en un presente que se va devorando a sí mismo.
Cuando pienso en la informatización de la sociedad cubana no pienso en el uso pasivo de las tecnologías que nos convierte en una suerte de robot alegre, sino en el crecimiento que supone para el individuo el uso consciente de esas herramientas con el fin de incrementar sus conocimientos, su sabiduría.
Entiendo que entre nosotros eso todavía no sea una prioridad. Pero me consuela ver los rostros de estos niños que, quien sabe si en futuro muy cercano, nos estén enseñando a programar para crecer.
(Tomado de su blog Cine Cubano, La Pupila Insomne)