
AAP y Cuba bordean el embargo para acercar la ciencia a la nación isleña
Durante una visita a Cuba hace dos años, el doctor Douglas Edelman, afiliado al capítulo de Nueva Jersey, esperaba encontrarse con condiciones ruinosas. Pero algo más fue lo que tomó por sorpresa.
En un gran hospital infantil en La Habana, el doctor Luis Alberto Solar Salaverri estaba explicando cómo funciona el sistema médico de Cuba. “Metió la mano en el cajón de su escritorio y sacó la revista más reciente que estaba leyendo”, dijo el doctor Edelman. “Era una publicación del 2002”.
La obsoleta colección de la biblioteca del hospital incluía literatura de hace más de una década y una copia más antigua aún del Libro Rojo de la AAP (Academia Norteamericana de Pediatría).
“Hablamos de la escasez de recursos educativos disponibles para los médicos en Cuba”, dijo el doctor Edelman. Para los pediatras allí, la información más reciente acerca de enfermedades emergentes como zika y ébola era de difícil acceso. El sabía que pagar de su bolsillo por suscripciones de revistas no era una opción para los médicos cubanos, cuyo salario promedio es de alrededor de $60 dólares al mes.
A su regreso a casa, el doctor Edelman se dispuso a encontrar una manera de donar algunos nuevos ejemplares del Libro Rojo de la AAP a Cuba. A continuación se puso en contacto con la doctora Margaret Fisher, presidente del Capítulo de Nueva Jersey, FAAP, que había servido tanto en el Comité de la AAP como en la Sección de Enfermedades Infecciosas.

“Durante su formación, hay un muy fuerte énfasis en salud y conciencia públicas”, agregó el doctor Edelman. “Hay que reconocer y admirar lo que han logrado con tan pocos recursos”.
Familiarizado con los esfuerzos de difusión de la Academia por llevar materiales educativos a otros países, la doctora Fisher dijo al doctor Edelman que iba a pedir ayuda a la Oficina Internacional de la AAP.
“La Academia Norteamericana de Pediatría es una fuente bien establecida de experiencia en salud infantil. Literalmente no hay fin de los recursos disponibles”, dijo. “Además, se actualizan continuamente para hacer frente a las amenazas emergentes, tales como el virus del zika y los cigarrillos electrónicos”.
El personal internacional y de concesión de licencias de AAP, junto con sus socios cubanos, se pusieron a trabajar para navegar por un enrevesado laberinto de comunicaciones y leyes de comercio sellados por el embargo comercial de hace 50 años. Les tomó horas de llamadas telefónicas y correos electrónicos, más lastradas aún por la necesidad de solicitar permisos anticipados para hacer llamadas y las restricciones del tamaño de transmisión de datos. Personal hispano parlante de la AAP tradujo con eficiencia las comunicaciones para facilitar el proceso.
Más de dos años después, han asegurado una manera rentable de proporcionar a Cuba materiales de la AAP. Es la primera distribución internacional que incluye todos los recursos de la AAP: revistas, atención pediátrica en línea y libros electrónicos.
La información acerca del zika fue de los primeros contenidos de la AAP transmitidos a Cuba. La única red médica en línea del país, el Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (Infomed), compartió el contenido a toda de la Isla por medio de sus listas de distribución, sitios web y portales de contenido. Los pediatras cubanos, profesores y estudiantes de medicina tienen acceso a la información médica por medio de 27 hospitales y 16 facultades de Medicina.
Los pediatras cubanos también estaban ansiosos por conocer acerca de la neonatología, perinatología, cuidado preventivo e información oral de salud de la Academia, señaló el doctor Mario Nodarse, director de Infomed, que trabaja en la diseminación de contenido con los editores pediátricos de Infomed, entre ellos el doctor Fernando Domínguez Dieppa, miembro honorario de FAAP, y el doctor Roberto Zayas. Un taller de capacitación de AAP se llevará a cabo en Cuba este otoño.
La información va más allá de los médicos y estudiantes de Cuba y llega a los estudiantes internacionales de medicina que estudian en Cuba, señaló el doctor Nodarse. “Al tener acceso a los recursos educativos de la AAP, estos profesionales a su vez mejorarán los resultados de salud de los niños, no sólo en Cuba, sino también en sus países de origen”.
La doctora Fisher ve esta relación más fuerte como un camino para que también la Academia adquiera conocimientos de sus “compadres” cubanos.
“Podemos aprender sabiendo cómo ellos han logrado manejar la vacilación de vacunas y la forma en que se han asegurado el apoyo del gobierno para la atención médica”, dijo. “Cuba tiene un sistema de salud pública increíblemente fuerte”.
(Tomado de AAP News)
Traducción de Germán Piniella para Progreso Semanal.