Campaña presidencial hecha para TV

MIAMI. El Súper Martes llegó y se fue. Si usted cree todo lo que oye, lee y ve, esto está prácticamente decidido. Los candidatos están casi listos. Parece que será una campaña de Trump vs. Clinton por la presidencia de Estados Unidos.

Nadie se esperaba a Trump, quien significa un dilema importante para los republicanos. ¿Clinton? Bueno, ella había sido coronada antes de empezar.

Entonces llegó un socialista.

Los medios del establishment ya han llegado a su propia conclusión interesada: será una campaña Trump-Clinton. Un duelo de pesos pesados.

Se les hace agua la boca: “¡El dinero que vamos a ganar!”, es seguramente el grito de los jefes en las cadenas. “¡Ningún reality show se le podrá comparar!”, exclaman.

Con Trump como participante, esto está hecho para la televisión de estos tiempos, basada en el escándalo.

Foto: CNN
Foto: CNN

Pero esperen un segundo. No tan rápido…

Podemos estar de acuerdo en que Donald Trump está tan cerca de barrer en el lado republicano, pero incluso eso puede ser cuestionado. Aún así, el establishment republicano tiene científicos locos tratando de diseñar formas de sacarlo de la contienda: pensaron que podría ser Marco.

¡Ups! Ahora se han dado cuenta de que el niño maravilla, telegénico y a veces carismático de la Florida es realmente un peso ligero. ¿Recuerdan cómo el gobernador de Nueva Jersey Chris Christie convirtió a Rubio en un lloriqueante escolar repetitivo durante el debate de Nueva Hampshire?

De hecho, los republicanos están tan aterrorizados de Trump que muchos están empezando a considerar a Ted Cruz como una opción. Y ellos odian a Ted Cruz…

Pero es el factor de Hillary lo que me molesta. Y sí, lo entiendo; me gusta Bernie Sanders y estoy a su favor. Así que no llego de manera muy objetiva a esta discusión.

Piensen en esto: Sanders nos está diciendo: “Si, podemos”. Por otro lado. Hillary dice: “Un momento. ¡No, no podemos!” Sin embargo, Hillary ha asumido la tarea de llevar el manto de Obama. Nadie se ha molestado en preguntarle, sin embargo, que si ella va a seguir el legado de Obama sobre la base de la “esperanza” y “sí podemos”, ¿por qué insiste en luchar contra la actitud de Bernie acerca de un salario mínimo más alto, universidad gratuita para todos los norteamericanos, y el siguiente paso en la escalera de Obamacare de atención médica universal y gratuita?

Otro problema que tengo con Hillary: ¿Dónde está su pasión? Ella parece querer tanto la presidencia que tiene miedo de dar un paso en falso. El resultado es un presidente aspirante a autómata.

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Pero me estoy desviando.

Como dije, el Súper Martes ha terminado. Y en base a los cálculos, Hillary Clinton tiene 577 delegados a su nombre, Bernie Sanders 386 (estas cifras según The New York Times.) Para que un demócrata gane la nominación necesita 2 383 delegados. ¿Por qué Hillary ya se está probando la corona? Todavía faltan 35 estados para que terminen las primarias. La Florida, Nueva York, California, Illinois aún no han votado. Y en cuanto al Súper Martes, Hillary ganó en siete estados, Bernie cosechó solo cuatro. Hillary ganó en Texas – estoy de acuerdo que es uno de los grandes– pero no es como si hubiera barrido a Sanders.

Lo que me dice algo: hasta los medios de comunicación quieren ver a Hillary en la contienda. No al socialista de 74 años.

En el lado republicano, puede defenderse un argumento similar. Seguro, Trump obtiene los títulares. Pero miren los resultados: Trump tiene 316 delegados, seguido de Cruz con 226. Los republicanos necesitan 1 237 delegados para ganar la nominación.

Por estas razones, les remito de nuevo a mi párrafo acerca de los reality shows, lo que me lleva a especular si estas pueden ser las primeras elecciones presidenciales impulsadas por los tipos de los medios que sólo quieren el mejor espectáculo posible en noviembre. Un espectáculo, por cierto, que asegure que las bases de nuestra plutocracia no se tambaleen. ¿O nos hemos olvidado de que los jefes de ABC, CBS, NBC, CNN, FOX, MSNBC y otros son parte del uno por ciento?

Una última reflexión. Sé que hay muchos por ahí que están, por ahora, convencidos de que Bernie Sanders no tiene ninguna posibilidad de ganar. Él tiene una gran maquinaria funcionando en su contra. Comprendo.

Pero tengan en cuenta estas cifras. Y no son mías. Fueron compiladas y enviadas por medio de Twitter por Nate Silver, de FiveThirtyEight y anteriormente de The New York Times. Silver analizó el caso de Trump. Calculó la proporción de población con derecho al voto que ha votado por el Donald en Iowa (2,0%); Nueva Hampshire (9,7%); Carolina del Sur (6,5%); y Nevada (1,8%).

Vuelva atrás. Eche de nuevo un vistazo a los porcentajes. Trump, quien según la gente ha creado un movimiento, está ganando con menos del 10 por ciento de la tasa del voto.

¿Y qué les dice eso?

Si ustedes quieren que Bernie tenga una oportunidad, tienen que votar. Pero el trabajo no ha terminado una vez que emitan su voto. A continuación, deben lograr que sus vecinos voten. Que voten su hermano, hermana, primos y amigos. Y entonces ustedes tienen que convencerlos de que hagan lo mismo. Tienen que hacer que su hermano, miembros de su familia y amigos voten también. Y así sucesivamente. Es una cadena.

Es lo que quiere decir Sanders cuando habla de una “revolución política”. Ese sacudón del que él habla debe ser creado por nosotros. Él es solo el portavoz.

Traducción de Germán Piniella para Progreso Semanal

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