El camino está claro; no parece que queramos tomarlo

MIAMI. No es tan difícil de comprender. Y no es una sorpresa. La más reciente encuesta acerca de Cuba muestra un camino a la victoria para aquellos que quisiéramos ver un cambio en la política norteamericana hacia Cuba; un camino que ha sido propuesto, promovido y cabildeado por Progreso Semanal durante los últimos 14 años.

Si inscribimos a los electores apropiados, ganamos. Es así de sencillo.

La dificultad estriba en buscar y persuadir a un grupo muy definido de votantes potenciales de que deben inscribirse e ir a votar el Día de las Elecciones. Parte del proceso incluye hacer comprender al nuevo elector de que las elecciones se celebran a menudo en EE.UU. –no solamente cada cuatro años cuando se elige a un nuevo Presidente. Para lograr esto hace falta dinero, mucho dinero.

Es por eso que mi conclusión acerca de la encuesta sobre Cuba, publicada la mañana del martes (17 de junio) en Miami y realizada por el Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida, no deben sorprender a nadie.

Algunos me considerarán un cínico, pero la política norteamericana y sus políticos, a los que les encanta declarar su excepcionalismo, carecen de coraje real. Y no es para menospreciar al presidente Obama, porque realmente simpatizo con él, pero el presidente Obama podría ser fácilmente el ejemplo de la capacidad de Estados Unidos de jadear y resoplar –y no derribar la casa.

De todas maneras, pocos políticos en Estados Unidos hacen lo que consideran que es mejor para su país si las encuestas no los apoyan. En una época se conocía como liderazgo. Ya no es así. El político de hoy sigue lo que una encuesta le dice acerca del camino más fácil a la victoria en el Día de Elecciones. Si “lo que es correcto” debe ser sacrificado, entonces no se sorprendan si ven que “lo correcto” se echa por la borda.

Así que por enésima vez, permítanme repetirme. Si no tomamos el toro por los cuernos, Obama o Hillary Clinton, o quienquiera que suceda al Presidente en 2016, no solucionará el tema de EE.UU.-Cuba basado en lo que es correcto –independientemente de cuántos libros escriba… antes de las elecciones.

Ahora bien, prometan 100 000 nuevos votantes cubanoamericanos en la Florida a los aspirantes a la presidencia, y vean cómo paran las orejas.

Es por eso que la única solución es obligarlos a hacerlo. Y la única forma que yo conozco de obligar a un político (además de comprarlo con toneladas de millones en donaciones de campaña) es inscribirse para votar y luego que nuestra gente vote masivamente y elija a nuestros propios candidatos. (Por cierto, si dudan de mis palabras… revisen la recién terminada campaña congresional de Eric Cantor en Virginia)

Sorprendente

Me recuerda una historia de Lyndon B. Johnson y el Dr. Martin Luther King. Me tomaré algunas libertades, porque esto se encuentra en algún lejano archivo de mi memoria… Fue después de una reunión recién terminada entre Johnson y King en la Casa Blanca. Al salir, el Dr. King se dirige al Presidente y se excusa por su implacable acoso a la administración. King y muchos otros estaban implicados en la lucha a favor de la legislación de los derechos civiles. El Presidente se dirigió a King y le dijo que siguiera acosando –él necesitaba ser convencido.

La encuesta acerca de Cuba publicada la mañana del martes (17 de junio) en Miami provocó una tormenta de opiniones acerca del futuro de la política de EE.UU. hacia Cuba. Provocó alabanzas, críticas e incluso esperanza entre algunos. No importa el caso, fue bastante convincente.

Me sorprende que el principal argumento de nuestra parte no haya sido la creación de una campaña masiva para inscribir a nuevos electores que sabemos que pueden hacer cambiar las cosas. Esta sorpresa me hace preguntarme si algunas de las personas que aseguran que quieren ver un cambio en la política hacia Cuba realmente quieren un cambio en la política hacia Cuba.

Millones gastados

Todos los años se gastan millones en el tema de Cuba. Pero durante años hemos puesto el carro delante de los bueyes. Y con el dinero que ya se ha gastado a veces es un hermoso carro, pero ha habido muy pocos halándolo.

A veces pienso que algunos esperan un momento de “¡Eureka!” de parte de algunos políticos cuando les mostramos nuestros optimistas nuevos resultados de encuestas. El hecho es, se lo digan o no a uno, que el político que ustedes visitan probablemente esté pensando: “Regresen a visitarme cuando hayan inscrito a esos electores que apoyan abrumadoramente sus ideas…” Y entonces él o ella probablemente agregue al final de su pensamiento: “Ya que están en eso, tráiganme un cheque”.

Pero imaginen a ese mismo miembro del Congreso, quizás del Sur de la Florida, cuando se le dice que acabamos de inscribir a 25 000 nuevos electores –en su distrito. Les aseguro que ese miembro del Congreso lo invitará a sentarse en su oficina.

Una vez que ustedes tienen su atención, digan entonces al político cuál es el próximo paso de la campaña que garantizará que al menos 80 por ciento de esos electores recién inscritos votarán el Día de las Elecciones. Y nuestro mensaje a nuestros nuevos votantes, le aseguraremos al político con el que estamos hablando, no tendrá nada que ver con carteles de Yoani Sánchez o democracia, ni siquiera de derechos humanos.

Nuestro mensaje: “Sus acciones en cuanto a la política hacia Cuba, señor o señora congresista, son responsables de la pérdida de 40 000 nuevos empleos en el condado de Miami-Dade, y de unos mil millones de dólares al año para nuestra economía local”.

Entonces, lo golpean con el cierre: “Cambie o pediremos a nuestros nuevos electores que lo castiguen en las urnas”.

Así que permítanme declarar que los resultados han llegado. Y parece que el control de carreteras nos está mirando a la cara.

La decisión es de ustedes. La búsqueda de electores es un trabajo muy duro. Lo sé porque lo he hecho. O podemos continuar con lo que hemos hecho hasta ahora y esperar los mismos resultados.

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